Al borde de una crisis de identidad, nos da por correr por los vagones de metro y trasnochar en ambientes indies. Colgarse de cualquier planeta de la vía láctea, aunque esté a 1.200 kilómetros de aquí, pero eso sí, yendo en barco. Ya sabes que las literas de los trenes nocturnos no se inventaron para mí. Brindo por lo vintage y prometo una carta en semanas alternas, siempre y cuando obtenga respuestas desde esa ciudad francesa que siempre pronunciaré a la española. Acabo de acordarme de que el edificio de correos a donde llegarán tus cartas está cerca de aquel portal en el que acogimos el verano con 10º a la sombra de una noche nublada. Contarte tantas cosas y que no te suenen aburrido y hablarte de algo que nadie sabe que existe.
Echaré de menos tus inmensas pestañas porque siempre me traían aires nuevos y tu risa permanente. Pinchar canciones que nadie entiende en un bar que no volvimos a encontrar igual. Ser feliz por el simple hecho de tener algo que compartir contigo pero como tú dijiste, las mejores cosas no siempre son fáciles, Carla.
(*) Título y fotograma del videoclip de la canción "Donde solíamos gritar" del grupo Love of lesbian.
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