Vuelvo al domingo de sándalo, al sofá solitario, a los calcetines polares y las ganas de sentirte. Y te siento donde no quiero: en la piel de otra, en su merienda, enredando en su ropa interior. Planeas cenas románticas en ese restaurante griego que te enseñé, pero con ella. Ríes, miras, follas, pero siempre con ella. O con otras y con ella. Eres tan feliz como no te mereces.
A veces, tomar el Sol quema demasiado, como ocurre al escribir sobre los típicos tópicos. A veces, sólo a veces, tomar la Luna o escribir sobre lo incomprensible resulta menos problemático y más estimulante. O eso dicen…
15.3.15
Mujer y puentes y hombres y puentes
La vela de sándalo se consume mientras avanzan las horas de este domingo inmenso. Se mezclan los olores en la sobremesa, entre el té de canela y ese cigarro a medio fumar. Se apagan las risas con esa facilidad que tienen los días nublados de aislar cualquier pensamiento positivo. Mientras, te abrazo en este sofá tan nuestro, te muerdo los hombros, me araña tu barba y me dan la vida tus manos. Pero es domingo y son solo recuerdos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario