22.3.10

Madrid.

Hay quien vive la vida de frente, aprovechando las oportunidades o contradiciendo sus posibilidades para conseguirlas. Hay quien, simplemente, vive en la retaguardia y se ancla a un pasado resuelto y a unas convenciones, sin aspirar a cimentar un futuro propio. Hay quien aspira y, también, quien ambiciona. Quien llega a un paraíso y no se adapta. Hay quien se opone a fracasar y…quien fracasa por sistema.

Cuando Madrid se cruzó en mi vida, como un mini Hollywood donde los sueños se hacen realidad, no fui consciente de lo que la ciudad encerraba. Unas semanas después, descubrí que entre calles de cuatro carriles y pasos de peatones infinitos se escondían mil vidas anónimas. La vida del madrileño. La vida de quien dejó su país atrás en busca de algo que le permita regresar “mejor” que en un comienzo. La vida de quien, como yo, llegó a Madrid a estudiar, dejando atrás un pequeño lugar que ambientaba cada escena de su vida hasta entonces. En definitiva, la vida de quien se ilusiona y se decepciona casi a un mismo tiempo abrumado por la dimensión y el anonimato.

No sé si existirán lugares de ensueño, pero estoy segura de que existen lugares donde los sueños esperan y desesperan por una oportunidad. Quizás pasen años hasta que descubra qué esconde Madrid realmente. Quizás…

2 comentarios:

  1. como un minihollywood querida laura, como un minihollywood. pero a lo grande. olvida el mini. olvidalo como yo.
    te quiero!

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  2. Siento decirte que nunca llegarás a encontrar qué puede encerrar esta ciudad...sacarás conclusiones dependiendo únicamente d tu estado de ánimo. Yo me atrevería a decir q somos los exiliados del nuevo siglo, q intentan vivir la vida de frente, en una quimera anónima... estoy contigo pequeña laura.

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